martes, 20 de diciembre de 2011

La magia de Pahuatlán proviene de sus orígenes mas remotos.

La percepción de pueblo mágico en nuestro municipio comienza a sentirse cuando al pasar por Honey e iniciar el descenso de la carretera bajando por caracoleadas y vertiginosas curvas inicia la sensación de que algo raro pasa; como que el tiempo no existe de manera ordinaria, de repente pasa rápido como un parpadeante dejavu o luego pasa tan lento como la tranquilidad que te impone la naturaleza y ahí no queda, no sabes si vas bajando para arriba o subiendo para abajo pues a la altura de la desviación de Chila sientes que puedes alcanzar las nubes y comienzan a verse a lo lejos las manchas en los cerros que forman los caseríos de algunas comunidades.
La magia de Pahuatlán proviene de sus orígenes más remotos. Las culturas  indígenas nahua y otomí  han plasmado rasgos auténticos  en nuestro pueblo de una mexicanidad tan manifiesta en todas sus expresiones que los visitantes y turistas sienten una especie de encantamiento que los obliga a regresar una y otra vez a nuestro pueblo.
Tan solo la musicalidad de la palabra PAHUATLAN te remite a un lugar paradisiaco donde abundan las frutas y el agua. Un lugar de abundancia natural donde la magia de la vida se manifiesta en sus colores, sabores y olores.  Sensaciones placenteras que se trasmiten y comparten a través de sus expresiones y manifestaciones culturales también. Aparte del sincretismo cultural que se vive, la atmosfera mágica se recrea también con la relación de la naturaleza y el hombre. 
Hacia el norte de nuestro municipio en la zona nahua en unas laderas rocosas arriba de unas antiguas y casi olvidadas huertas de café entre Atla y Xolotla  se encuentra una terraza natural con pictogramas antiguos probablemente de antes o principios de la colonia, donde se aprecian los colores primitivos rojo y negro formando al parecer entre otras formas al sol, la luna, un personaje antropomorfo y al parecer una especie de construcción o “templo”;arte rupestre que delata la magia de esa montaña; pues desde tiempos antiguos se sabe de hallazgos en la cercanía de la pinturas de ofrendas y vestigios de rituales mágicos de fertilidad y adoración a nuestra madre tierra. Y en verdad la  magia que se siente en ese lugar hace que te sientas mas en contacto con la naturaleza ubicándote y mostrándote que el hombre es solo eso; un ente insignificante ante la grandeza de la montaña.
En San Pablito comunidad Otomí de trascendente importancia cultural, política y económica se encuentra también el llamado Cerro del Brujo, donde secretos rituales se realizan y a donde solo tienen acceso los autentico hombres de conocimiento de la comunidad; nadie más puede saber  los secretos que guarda esa otra montaña sagrada.
Mitos de doncellas que levitan entre canticos  de rituales antiguos de origen cosmomágico, el rumor de una cueva donde se reúnen chamanes de la región  son parte de la tradición oral y  la memoria colectiva-
Lo que si se puede vivir y apreciar cada 24 de Diciembre  en San Pablito es el Ritual de Purificación de la Semilla, ceremonia sincrética donde se mezclan la magia y la fe religiosa.  Se lleva a cabo una procesión católica, donde jóvenes doncellas de la comunidad  llevan pequeñas cajas de cedro en cuyo interior van las “pequeñas criaturitas preciosas que nos alimentan”; es decir, diversas semillas de frutos de la región, como el maíz, el frijol, el cáchuate, el café, el chile, la calabaza entre otros, acompañadas de sus respectivos recortes en amate de los espíritus que representan por sus características a cada semilla.  Esta procesión se hace acompañar de música indígena interpretada en otomí y realizada con violín y jarana con rasgos huastecos. La importancia y seriedad de este ritual se comprende al establecer la comparación de las semillas con la pequeña criaturita hermosa, que es el niño Jesús.  Y por supuesto no está permitido a los extraños tomar fotos o video pues puede haber consecuencias para el espíritu de los retratados.   Aun en este novel siglo XXI el pensamiento mágico es parte fundamental en la cotidianidad principalmente de San Pablito.  Son famosos sus brujos o Chamanes que utilizando el amate hacen “limpias” o “maldades” según el caso, aunque la norma es solo hacer el bien se sabe también de la existencia de brujos oscuros.
“Dentro de este mundo mágico de creencias existe una extensa de personajes fantásticos del universo otomí,  pues hay uno para cada aspecto de la vida cotidiana de San Pablito; de tal forma que encontramos a los señores de los cuatro elementos, del Sol, de la Luna, de los Bosques, de los Ríos y de los cultivos.
Existen los seres que  traen bondades a los hombres, como la madre Tierra, ya que a esta se le debe pagar un tributo a cambio de lo que se le quita a las cosechas, sobre todo si son buenas. También el Señor del Monte  protege  a los hombres cuando caminan por las montañas.
También existen seres terribles, como el Señor de los Infiernos, y el Señor del Diablo, quien coloca los machetes en las manos de los borrachos y peleoneros, ya que por lo regular frecuenta los caminos y las cantinas en busca de victimas. Otro ente diabólico es la Sirena Mala que envía las enfermedades a las mujeres que van a tener familia, y que también ataca a los caminantes en los ríos y cañadas en las cuales habitan.
Estos personajes son representados por los hechiceros con imágenes antropomorfas hechas en papel amate; cuando corresponde a los seres Malignos estas figuras tienen dos o cuatro brazos, cola, dos caras de perfil o cabeza doble de animal, los diblos aparecen siempre con zapatos, pues esta prenda simboliza la maldad que los otomíes asocian con las personas mestizas.
A los entes o ánimas buenas se les confecciona en papel amate blanco y de frente.” (1)
Los altares de ofrenda de Día de Muertos de San Pablito y la magia de composición y arreglo con trocos de plátano, frutas de la región, platillos tradicionales como el mole, el atole de cacao y sus panes de sal con forma de espíritu han influenciado sobremanera los altares de días de muertos en la región.  Y esta es otra buena fecha para conocer la magia de nuestro pueblo y sus comunidades,  aunque la temporada de mayor número de visitantes es en Semana Santa donde la imagen de bulto del señor de las tres caídas parece igual una ilusión mágica pues  la escultura es una estatua de madera articulada que mediante un mecanismo de hilos en tensión aparenta las caídas de la imagen cuando así se requiere. Y es además en semana santa cuando se realizan encuentros de danzas indígenas y cuyo principal espectáculo es la Danza del Palo Volador, cuyo origen prehispánico con todo el simbolismo de sus trece vueltas y la majestuosidad de su realización hacen que el tiempo se detenga, en ese momento el pueblo entero entra como  en otro ritmo  y se viven realidades alternas y el hombre vuela y el tiempo se detiene y escuchas a un tiempo los canticos religiosos lúgubres de las procesiones la chirimía el tambor la urraca y un cercano rechinar de los juegos mecánicos un merolico feriero un violin huasteco desvelado…el surrealismo en pleno.
“ En Pahuatlan aun se conservan algunas costumbres  y tradiciones como son las danzas, entre las que sobresale por su impresionante ejecución , la Danza de los Voladores, de la que muchos poblados del antiguo Totonacapan se disputan la cuna de este espectáculo, en Pahuatlán aún se observa esta danza que forma parte de todo un ritual, esta danza inicia con los Tocotines que bailan al son de la flauta de carrizo y un pequeño tambor, expresando la música del viejo Totonacapan, después un grupo de indígenas con su caporal salen a buscar un árbol en el bosque donde abundan hermosos ejemplares de aquella vegetación llamado “volador”, se escoge el más grande, esbelto y fuerte y dirigiéndose al dios del monte Quihuicolo , tratan de  desagraviarlo porque van a sacrificar  a alguien de aquella comunidad vegetal. Despues comienzan a limpiar el árbol elegido porque el dios les ordena una ceremonia, todas las invocaciones y plegarias van acompañadas del sonido de la chirimía, que es una flauta de carrizo con dos huecos para dos tonos, después de haber limpiado, dejan pasar cuatro días y nuevamente la flauta indica la hora de la ceremonia del sacrificio, se comienza una danza llamada del perdón, y al terminar esta, quedan purificados para luego cortar el árbol que ellos llaman zacatl-quihui , cuando el árbol está caído proceden a la operación del transporte. Se dice que anteriormente no se arrastraba el árbol, sino que se cargaba con mecates sin tocar el suelo. En el lugar donde se va a instalar, el tronco se comienza a arreglar con bejucos para formar la escalera por donde habran de subir los voladores, hoy la escalera se forma con mecate, en seguida se le adapta la manzana (¿) –el tecomate- que es una pequeña plataforma en la que tendrá que desafiar a la muerte el danzante principal, posteriormente se le adaptan las tiras de madera formando una especie de bastidor de donde salen las cuerdas o mecates con que se amarran los danzantes.
Con anticipación se ha excavado en el lugar del espectáculo un   hoyo de más o menos dos metros de profundidad para enterrar y asegurar el palo, dentro del hoyo se coloca una gallina negra –anteriormente se colocaba un guajolote- y cuatro huevos que significan los espíritus de los cuatro hombres que volarán, después se vacía una botella de aguardiente, copal y algunas flores, inmediatamente se entierra el árbol y se procede a ajustarlo y apretarlo para mayor seguridad.
Antes de iniciar el vuelo se lleva a cabo una danza alrededor del palo para invocar al Dios del Viento Caliumín pidiéndole perdón y protección. El caporal o solista ordena por medio de la flauta y el tamborcito que empiecen a subir los voladores, uno a uno, éstos se atan a cada una de las cuatro esquinas, mismas que representan los cuatro puntos cardinales y también los cuatro elementos. Ya estando instalados los cuatro hombres sube el danzante principal, sujeta el tamborcito y la flauta en la cintura, y al llegar a la manzana que se encuentra en la parte mas alta del palo, se sienta y dirige su mirada hacia el oriente, después comienza a tocar sus instrumentos invocando al sol, con su mirada al cielo se dirige a todos los dioses pidiéndoles protección para el y sus compañeros, que están dedicados el primero de ellos al oriente, el segundo al poniente, el tercero al norte y el cuarto al sur.
La altura de la plataforma se encuentra entre 25 y 35 metros, la danza que realiza el solista arriba del palo dura aproximadamente treinta minutos y durante ese tiempo el danzante va mirando a los cuatro puntos cardinales , después el solista se sienta y los cuatro voladores seguros ya con la protección divina se lanzan al vacio, teniendo que dar trece vueltas cada volador y asi finaliza la danza.”(2)
El hombre y su entorno natural, los ríos, las montañas, los caminos y veredas, sus puentes colgantes, las ruinas de la antigua planta hidroeléctrica en el cerro de Ahila…
La naturaleza con su gran variedad  de especies; las mariposas como hadas de la belleza y la perfección: monarcas,  “ochentayochos”, velitos – de alas y cuerpo transparentes-, tigrillos, tigre, tronadoras –haciendo un tronido o chasquido a cada aleteo; la maravilla de las luciérnagas y su poética luz verde florecente, la ingeniería del escarabajo pelotero… que mas magia le puedes pedir al universo?

CITAS 1y2: TESIS PROFESIONAL 
“CREACION DE ACTIVIDADES DE TURISMO ALTERNATIVO EN EL MUNICIPIO DE PAHUATLAN”
AUTOR : RENAN LECHUGA CANTO.